viernes, 9 de mayo de 2014

LA HISTORIA DE UNA NIÑA. CAPITULO XI

CAPITULO XI                     

LA PRIMERA COMUNIÓN.






Era una niña, pero miraba las cosas con interés y seriedad.Tenía 8 años. Iba a hacer mi Primera Comunión.Mi madre me estaba preparando.Se empeñaba  en hacerme tirabuzones. Se lo había recomendado una vecina. Tuve que  dormir con unos "moñitos" que me apretaban en la cabeza y me  tiraban de la piel. !Qué incomodo y que daño sentía! La noche se puso mas difícil, porque en la escuela nos dijeron que no podíamos ni comer ni beber nada desde el día anterior a la ceremonia.Tenía mucha sed...No podía dormir.Me desperté muchas veces. Mi madre me hizo madrugar y me quitó los "moñitos", luego me peinó. ¡Qué rara me veía!. Tenía unas cosas rizadas y encogidas,en el pelo y parecían  "rosquillitas" alargadas.¡Qué vergüenza salir así a la calle! y ¡me verán las niñas de la escuela, y las vecinas!, pensaba. Me puso el precioso vestido largo y blanco , de Mari Ali. Después me colocó una diadema de florecitas y un velo largo. Era un vestuario muy complicado, cada vez me parecía peor. No podría ni andar y ¡estaba tan rara! Mi madre, me miró y me dijo: "Ahora, a portarte muy bien, que ya no eres una niña,"Yo pensé: "Seguro que la Comunión hace que me porte siempre bien."
    Se había puesto un vestido negro nuevo y una chaqueta que no había visto nunca,también. extraña. Se vestía de negro desde la muerte de mi padre ocurrida dos años antes, pero ésta vez, se puso tanta ropa negra, que me impresionaba.Vistió a mi hermano Andresito y nos agarro de la mano a los dos, llevándonos calle abajo  muy rápido para llegar a tiempo.
En la  iglesia  me  colocaron en un asiento forrado con sábanas blancas y pequeños ramitos de flores. Me sobrecogí un poco. Estaba asustada. ¿Sabría lo que tenía que hacer? No me acordaba de nada. A mi lado estaba una niña rubia con tirabuzones parecidos a los míos, pero más largos, era conocida y me animé un poco.

    Hubo una ceremonia muy larga, con música de un órgano que sonaba en lo alto. Una de las niñas, se mareó y la tuvieron que sacar a la calle. El estómago me hacía sentirme mal, tenía un nudo extraño, producido por los nervios y el hambre. El olor era muy raro, creía que me iba a poner enferma. Después de un rato muy largo pasamos a comulgar, no parecía difícil, sólo había que ir en fila, "No me equivocaré" pensaba. Abrí la boca, me dieron una especie de delgada galleta y no sabia que hacer con ella. ¡Era sagrada! No quería tocarla con la lengua, pero se  pegaba a la parte de arriba, menos mal que se fue deshaciend
    Cuando se acabó la misa,  y salimos, mi madre nos agarró de la mano y nos llevó a varias casas del pueblo, para que me vieran y de paso pusieran algún regalo,"moneda" en  la bolsita, que tenía el traje: la "limosnera".Yo protestaba y me incomodaba. Desde aquel momento me hice "protestona crónica".
    No hubo familiares ni vecinos a mi alrededor, pero...!Habían venido a mi Comunión desde Madrid: Mari Ali, D. Angel  y Doña Mamen! !Era  asombroso! Me llevaron de un lado a otro. Primero, lo mejor: un buen desayuno en casa, con chocolate y bollos. Mi madre pedía constantemente que no me manchara el traje. Me puso varios trapos de cocina encima. Estábamos los tres niños felices, pero muy endomingados. Todavía me pasearon un poco más por el pueblo.Ya estaba contenta con mi indumentaria. Decidieron  que nos hicieran unas fotos aprovechando que era el mes de Mayo y se celebraba con pequeños altares en las casas, en honor a la Virgen. Nos retratamos delante de un altarcito
    Mi madre andaba nerviosa atendiendo a todos y cuidando de que no me ensuciara. Pasado un rato, se subieron en el coche y se fueron. Se llevaron varias cosas que necesitaban y entre ellas , mi traje. Me me volví a vestir de  niña normal con tirabuzones. Conté mis monedas y caramelos. No habían sido muchas, no habíamos hecho mucho recorrido, porque nos daba algo de  verguenza. Me quedó el recuerdo de un bonito rosario y un misal anacarado. fue guardado con mucho cuidado en una caja, hasta la Comunión de Andresito.
    La primera Comunión tenía una celebración adicional, el día de Pentecostés. Me parecía muy bonita. Las niñas vestidas de blanco, con su traje de Primera Comunión, desfilaban de dos en dos con cestos de flores, cantando y tirando pétalos al paso de la imagen de La Custodia.
Yo no tenía traje. Se lo habían llevado, para prestarlo a otra niña, en otra Comunión. Pensaba: "Lo traerán a tiempo; seguro.¡Cómo no voy a tener yo mi traje el día de la procesión!" 
    Ensayaba con mi compañera de "cestita" en la iglesia. Pero llegó el día y no traía nadie el vestido.Mi madre ya sabía que no llegaría, pero yo no quería saberlo. El día de Pentecostés me llevó  a la procesión.Vi las niñas desfilando y me puse muy triste.Mi madre me había puesto el vestido mas bonito que tenía, Era azul, estaba lleno de a flores y agujeritos  bordados, Era bonito, había pertenecido a Mari Ali, cómo casi todos mis vestidos, (era cómo mi hermana mayor) y heredaba sus trajes, pero no me consoló del todo. Esperaba que me llamasen para colocarme en mi sitio, el que había tomado otra niña.Me daban ganas de coger mi cestita y salir con mi vestido azul,¿Qué más daba? pero no me dejaron, había una niña en mi puesto y yo estaba mirándola con envidia. Me quisieron animar, pero no lo consiguieron. Sentía decepción y  tenía ganas de llorar, no lo hice porque me daba mucha vergüenza que me vieran.

    Aquella noche en mi cama, pensaba en la desilusión de no ir en la procesión y en las palabras que me había dicho mi madre el día de la Comunión cuando me puso el traje y comentó: "A partir de ahora te tienes que portar muy bien; ya no eres una niña"-¿Qué querría decir?-¿Se dejaba de ser una niña al hacer la Comunión?-¿Cuando volviera la escuela después del verano, ya no sería una niña?Esperaría para verlo...y contarlo.


Fin

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