domingo, 13 de junio de 2021

CONSEJOS PARA CAMBIAR EL KARMA NEGATIVO, DE UMA YOGA.

 En un escrito en Internet, encontré estos consejos que me parecieron muy interesantes y  aprovechables:

 1- Guarda silencio en los momentos tormentosos.

2- No juzgues a los demás.

3- Enfoca tu atención en las cosas que más te gustan.

4- Acepta y deja fluir, no te resistas, es en vano luchar contra las circunstancias. Recuerda que todo lo que te sucede es una prueba y que tienes algo que aprender.

5- Lo que parece real es sólo un pensamiento negativo TUYO. Cámbialos a positivo y cambiará tu realidad. 

6- Perdona, suelta y libera.

7- Habla siempre en positivo.

8.- Medita.

9- visualiza situaciones agradables para tí y tus seres queridos.

10.-Da amor sin importar lo que recibas.

Esto lo firma Uma Yoga,



y yo,  lo transmito. Pienso que algunas cosas son muy difíciles de hacer, pero merece la pena pensarlas





CUENTO PARA MI NIETA : NANA Y SUS CABAÑITAS



 

        NANA Y SUS “CABAÑITAS”

Chelo Cantador



 


Nana es una pequeña niña que vive  rodeada de campo.

Todos los días sale con su abuela a pasear y vivir aventuras.  Siempre les ocurre algo, porque las dos son muy  curiosas.

Su diversión es construir casitas con palos  o “cabañitas”

Su casita preferida está debajo de  grandes arbustos.

En ella caben las dos, e incluso su hermano Pipo, que a veces se añade a la aventura.

Dentro, cerrando los ojos, piensan que es una gran cueva con muchos tesoros; otras veces, creen que está llena de animales misteriosos como el señor caracol, que se esconde con sus cuernos estirados entre dos grandes hojas, como las mariposas,  que aletean entre las flores de la entrada y las “bees negras”, como llama Nana a las moscas, que vuelan para refugiarse entre las oscuras ramas.


 

 

Aquella tarde, ellas estaban escondidas bajo la sombra buscando objetos para añadir a sus tesoros, cuando escucharon un fuerte zumbido que las asustó.  Las dos se callaron. Notaban que cada  vez sonaba más cerca y más fuerte. Nana, se agarró muy asustada a su abuela. Se trataba de un grande y negro moscardón. Brillaba su cuerpo con los rayos del sol y parecía  un animal  espantoso,  que podría atacarlas y llenarlas de granos y dolor. Eso pensaba Nana. Se levantó y quiso salir corriendo, pero algo la enganchó por la ropa.

 




Estaba atrapada, asustada, chillaba y pedía auxilio a su abuela, que no sabía que le ocurría. Miró alrededor y vio que el vestido de la niña estaba enganchado por dos puntiagudas ramas y Nana quedaba colgada sin alcanzar el suelo. El moscardón seguía su camino de flor en flor. La abuela desenganchó rápidamente a la niña y la abrazo fuerte, pero ella lloraba queriendo salir y llamando a su mamá, que al verlas se preocupó y las ayudó a asustar al moscardón y a consolar a Nana




 

 



 


A Nana se le quitó el susto con un helado de chocolate que mamá tenía guardado para las ocasiones. Aunque  pensaba  que había un monstruo en su adorable cabaña y  ya no podría disfrutar más de sus juegos, escondiéndose  en ella. 

Todo pasó cuando su abuela le contó un cuento sobre  “El gran moscardón” y comprendió que aquél "bicho," no quería hacerla ningún daño, él  solo hacía su trabajo,  buscando su alimento entre las flores.

 Nana había aprendido que los animales aunque sean molestos por su forma, ruido o color, solo pretenden convivir con  las personas en la naturaleza.

                               Fin

sábado, 5 de junio de 2021

LA CONVERSACION








 artículo de una importante lingüista, me ha llamado la atención. He tratado de copiarlo , pero tengo algún problema, de todas maneras lo expongo en dos pUn artes pues me parece interesante:

· Lingüista y profesora


 La interrupción es un caso muy evidente, cuando es voluntaria y deliberada, de comunicación hostil. Y aquí también creo que los adultos, como educadores, tenemos una responsabilidad, la responsabilidad de mostrar a nuestros niños y a nuestros jóvenes cuándo están en situaciones comunicativas tóxicas y de hostilidad. Por ejemplo, es algo que propongo mucho a mis estudiantes, cuando uno llega con una alegría y la quiere compartir y dice algo como: «He sacado una matrícula de honor en Física», y lo que se encuentra al otro lado, en lugar de una ampliación de la alegría, es un comentario del tipo: «¡Ah, qué bien!». O: «¿Ah, sí? Pues María ha sacado matrícula de honor en Física y también en Lengua». Entonces, a veces uno tarda mucho en darse cuenta de que hay patrones comunicativos que son alertas. Son como luces rojas que te indican atención porque esta persona es tóxica. Contrariamente, todos tenemos también experiencia de comunicación que es terapéutica. Por ejemplo, la conversación terapéutica, la que uno tiene con profesionales de la sanidad especializados en mantener un tipo de conversación que te cura, que te cura por el procedimiento de escucharte atentamente, devolverte parte de esa escucha en forma de preguntas, hacerte pensar. Y mediante ese ping pong conversacional, sanarte, sanar tu ánimo. Es decir, que la conversación, por supuesto, tiene también unas enormes cualidades terapéuticas. Por eso necesitamos dedicar más reflexión a las conversaciones que llevamos a cabo.