NUEVAS EXPERIENCIAS: LA CIUDAD.
Hacemos nuestro primer viaje juntos. La Navidad estaba a punto de llegar. no sabía muy bien que significaba, pero todo el mundo lo decía. Mi madre recibió una llamada de Doña Mamen para pasar en su casa las navidades y quitarnos un poco de frío.Una mañana muy temprano nos despertó y preparó para viajar en el "coche de linea" Nos puso nuestra ropa mas nueva. Yo tenía un bonito abrigo,regalo de doña Mamen y Andresito, ropa que le había hecho mi madre.
El autobús olía mal, la carretera daba muchas vueltas. Trataba de retener las ganas de vomitar. Me quedé dormida junto a mi hermano hasta la llegada.
Me desperté y aún atontada,miré por las ventanas.¿ Dónde estaba? ¡no se veían los árboles! Esperamos para recoger la maleta.-¡Cuánta gente a mi alrededor!-Me parecía una calle muy peligrosa, con muchos coches.
Una plaza se veía un poco más lejos, con más coches y casas muy altas llenas de ventanas. Rápido y muy "agarraditos" de la mano, nos metimos en un sótano largo con gente que iba muy deprisa. Mi madre nos dijo que era "el Metro" Después subimos a un tren, que apareció por un gran túnel, haciendo un ruido que me asustó - también olía mal, no conocía aquellos olores. Estaba lleno de personas desconocidas y extrañas. Salimos a la calle casi corriendo.Mi madre paraba para descansar sin soltarnos, teníamos las muñecas coloradas de la fuerza, apareció otra calle muy grande con muchos coches que iban y venían En el centro había muchos árboles en fila, y bancos, parecía agradable.Cerca estaba la puerta de entrada a la casa. Apareció un señor de uniforme muy amable con mi madre, a la que parecía conocer. Después de darnos un "pellizquito" a cada uno, en la cara, a modo de saludo, nos ayudó con la maleta hasta una puerta, que una vez cerrada, se elevó haciendo mucho ruido. Veía pasar las escaleras y subía mas arriba -Es un "ascensor- me dijo mi madre-No os asustéis, no pasa nada-.
Llegamos a la puerta del piso, mi madre llamó al timbre. Nos abrió Paula. Mientras nos saludaba yo miraba aquella habitación, con mucha luz, alfombras, cuadros y espejos, y me pareció una iglesia, o algo semejante. no había visto nada igual.Una cortina separaba la casa por un largo pasillo, nos dirigimos a la cocina. Blanca, luminosa, allí nos sentamos a desayunar y a descansar.Llego doña Mamen, tan alegre como siempre.Me empezaba a dormir otra vez, mi hermano daba cabezadas en brazos de mi madre.No vi nada más.Nos acostaron, cuando me desperté, no sabía donde estaba, no quería abrir los ojos-¡ se estaba tan caliente!Era una sencilla habitación con dos camas. No tenía mucha luz. Me asome a la calle y no había calle. -¿Qué raro es esto?pensaba."Hay ventanas por todos lados y al fondo el suelo, -es un patio, pero no se puede salir a ningún lado. No se veía el cielo, ni apenas luz, había que encender una bombilla como si fuese de noche.
Mari Eli llegó del colegio. Se puso completamente loca de alegría de ver a sus compañeros de juegos. De nuevo nos agarró de la mano y nos llevó por todo el resto de la casa. Era muy grande, pero no tanto como la de Los Pinares y hacía ya mucho calor, me tuvo que quitar mi madre parte de la ropa, no podía respirar.
Era una casa muy curiosa, tenía habitaciones con ventanas a la ciudad, salvo dos, que se asomaban a el patio. y un pasillo muy largo. Después otras habitaciones, que se asomaban a otra calle más bonita., con coches y ruido gente andando, y tiendas. No me cansaba de mirar. Aquellas habitaciones tenían el suelo de madera, que hacía mucho ruido al andar.Al fondo estaba una sala con butacas y un piano,una librería y adornos muy bonitos, jarrones y platos. A los lados, nos enseñó Mari Eli su dormitorio, el de su madre y sus hermanos.
Compartía la bonita habitación con su hermana mayor, que no nos dejó tocar nada. Para estar más cómodos, nos fuimos a la habitación de Paula. donde yo había dormido y después dormimos todos los días que duró la estancia.Allí empezamos a inventar juegos. Nos enseñaba cosas del colegio y nos señalaba un baúl, donde tenía las muñecas guardadas.Estaba en la parte mas alta de un armario. No dejaban que los cogiera, salvo en ocasiones muy especiales. Nos intrigó y pensamos en algo para otro día.
Los hermanos mayores estaban en sus colegios y venían poco por la casa. Me imponían mucho respeto. No quería verles, pero a veces era inevitable y me hacían rabiar, yo corría hacía mi habitación y me refugiaba hasta que se iban. Todos me defendían, pero a veces me dejaban para ver como me manejaba. Me asustaban con cuentos, con ruidos o diciéndome que iban ha hacer cosas terribles, como llevarse a mi hermano o a mi madre. Yo no sabía que hacer, abría mucho los ojos y me refugiaba detrás de alguien.¡Todo hubiese sido maravilloso sin ellos!
Se preparaban las Navidades y me acostumbré a aquella vida. No echaba de menos nada. Los chicos no solían estar mucho por allí. En la casa eran todos conocidos y Mari Eli nos trataba mejor que una hermana. Sobre todo apreciaba el calor, siempre llevaba vestidos con mangas cortas.En la calle cuando nos llevaban a dar un paseo, hacía frío, pero ¡ Era todo tan bonito!; La tienda de pasteles,los puestos de juguetes navideños. Nunca había visto tantas muñecas, coches y "cacharritos"
Las personas iban deprisa, con niños de la mano, bien abrigadas, Todos parecía que iban a alguna fiesta, llevaban bolsas y para los niños "de cuna", unos "cochecitos" preciosos y grandes.
Tenían un televisor en el comedor, ¡Qué maravilla! En cuanto acabábamos de comer, nos sentábamos en el suelo,bien cerquita para no perdernos nada.Me gustaban los dibujos, pero todo me atraía. ¡Ya me imaginaba que dentro de la radio estaban los personajes y ahora en el nuevo aparato, podía verles!
Iban a llegar "los Reyes Magos" pasaban por la capital, subían por largas escaleras a las casas y dejaban regalos, por la noche mientras estabas dormida. No debía abrir los ojos aunque me despertaran.Todo me lo contó Mari Eli, pero yo tenía mis dudas, era todo muy raro...
Aquella noche no podía dormir, además había mucho ruido, se celebraba una fiesta en la casa, había música y mucha gente.- ¡Adiós a los Reyes Magos! ¡Cómo iban a entrar con aquél escándalo! ¡Menudo susto se iban a llevar! Me dormí decepcionada.Por la mañana me levanté pronto por si acaso. Pero nada, no vi nada diferente, sólo los adornos y recuerdos de la fiesta nocturna. Anduve dando vueltas, no me atrevía a preguntar a nadie. Mari Eli no se levantaba, había estado un ratito en la fiesta. Me senté en el cuarto de estar y busqué algo para entretenerme. Mi hermano dormía. Pasaron varias horas y casi a la hora de comer, se levantó Mari Eli y preguntó por los Reyes. Nos mandaron al cuarto donde yo había estado distrayéndome. En aquel momento aparecían paquetes de regalos por la mesa y por los sillones.- ¡Caramba! ¡Los Reyes habían esperado un montón en la ventana!
Nos regalaron unos "Juegos Reunidos" enormes; algunos "cacharritos", muñequitos y dulces.Al fin sí existían los Reyes,- ¡ya lo dudaba!
Pero no duró mucho la alegría de los juguetes, al día siguiente mi madre lo empaquetó todo y nos despedimos con mucha pena. Yo creía que me quedaría allí para siempre. Volvimos a hacer el camino a la inversa: Otra vez al Metro,a esperar el autobús, a tener nauseas con el viaje, a dormir. Cuando me desperté me dí cuenta que los cuentos se acaban.
Hacía un frío que nos congelaba la cara. Cuando llegamos a nuestra casa, aún hacía más frío dentro. Ya no dejamos de pasar frío hasta el verano.
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