Bienvenido estaba asustado |
Era un gato algo tonto,y allí lo soltó pensando que era su mascota. Bienvenido dio un salto asustadísimo y se escondió. El gato le buscaba pero no pudo encontrarle.
Bienvenido tenía hambre, salió del escondite despacito y se encontró dos "gigantes" que le miraban; uno grande con pelo largo y otro pequeño y torpe, no se movían demasiado y el no se movió tampoco. Se quedó quieto,muy quieto y asustado.
Al rato vino el tercer "gigante" que parecía el jefe y dijo: -Pobre conejito, vamos a ponerle en una caja para que no pase frío-.
Buscaron una muy grande y allí lo colocaron.
Bienvenido se dejaba hacer, no podía ni moverse de miedo.
Hacía mucho calor en aquella caja, pero al menos había un refugio: una manta colocada en el fondo le servía para esconderse.
Mientras, oía un gran barullo a su alrededor. Los "gigantes" se movían y ponían comida en la caja. El conejo se asomó y vio extrañas hierbas, raras bolas de cosas que parecían alimentos. "Ya miraré, cuando no haya nadie",pensaba.
La "gigante" más grande a la que llamaban, "mamá", le agarró de las orejas y le metió en otra caja más pequeña yle subió a un coche que hacía mucho ruido. Cerro los ojos y decidió dormir, todo debió de ser un sueño.
Despertó en un sitio muy raro. Una mesa alta y alguien que le agarraba de las orejitas. Le pincharon. ¡Qué dolor! le volvieron a meter en el coche y decidió que ya no aguantaba más: dio un salto y trato de salir de la caja, pero era alta y estaba muy débil tendría que esperar.
Volvieron a colocarlo en la caja que habían escogido para el los gigantes como su madriguera.Bienvenido se escondió debajo de la manta y durmió todo el tiempo.
El olor a algo rico le despertó. ¡Era comida de bonito color! La llamaban zanahoria. Estaba riquísima, acompañada de unas hierbas tiernas, que también le gustaron.
¿Pero...y su madre?, ¿ Y sus hermanos? ¿Porqué se alejó de su agujero y se asomó a ver el mundo, si su madre le había dicho que no lo hiciera?, ¿Ahora, como podría volver?
Pensó en comer y comer, también dormía mucho, pero estaba triste.
Un día se puso a saltar ¡podía llegar muy alto!... pero no suficiente para salir de allí!
Saltando y saltando empujó la caja que cayó de lado.
Corrió y se escondió donde nadie podía verle y esperó a que se fueran todos.
Oía ruidos, los "gigantes" le buscaban. Se acurrucó para que no le encontraran. Pero... tenía hambre, mucha.
Cuando pasó un rato grande sin ruido, salió y olió las ricas zanahorias, se acercó corriendo y se comió todas, después se echó a dormir en su manta, no se dio ni cuenta de que estaba atrapado de nuevo.
Se despertó enfadado: quería correr por el campo, buscar a su madre, mamar. Tomaba leche aún y los "gigantes", le ponían una basura de leche blanca que le daban con un pequeño tubo.
Todos los días daba saltos y mas saltos. Entonces pensó ¿Para que tengo yo los dientes tan duros y rápidos? Quizá pueda morder la caja...
Lo intentó por una pequeña ranura y la ranura crecía, ya casi podía salir, Solo necesitaba un poco más. "¡Lo conseguí!" pensó, y corrió por unos extraños lugares con suelo frío y duro. El olor a calle y a hierba le guiaron. Tuvo que empujar su cuerpo para salir por un pequeño hueco debajo de una puerta y ¡ya! al fin en la calle!
Saltó, corrió, se escondió de otros "gigantes" que corrían por el campo y al fin cansado se durmió.
Cuando despertó algo terrible le acechaba: un gato negro le vigilaba de cerca, primero se quedó quieto y cuando vio que el gato miraba para otro lado, saltó corriendo, pero el gato corría más, el era muy pequeño...Le agarro con sus uñas, pero en ese instante una "mamá gigante" apareció, asustando al gato que se alejó de allí. El pequeño Bienvenido, corrió de nuevo en busca de su antigua madriguera, guiándose por su olor.
Se había hecho más fuerte y más listo, buscaba su casa, pero pensaba: "si no la encuentro, no importa, sabré esconderme y buscar comida, he aprendido mucho en estos días", "no puedo despistarme nunca, siempre estaré atento", y corrió alegremente dando saltos. Las nubes le guiaban y el cielo estaba muy cerca. Ya nadie le perseguiría nunca más...
Hola amiga, ya veo que vuelves a los cuentos, y es que se te da bien. Tú pones tus tiernas fotografías, y tus letras salen solas. Eres una artista. Un beso.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMi familia y yo, con el conejito, somos los protagonistas. Una historia para mi nieto. Muchas gracias por leer mis cuentos, me da mucho ánimo. Muchos besos. Ahora no tengo internet y apenas puedo escribir. Ya sabes...
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