En España, este año casi se junta con el invierno, debido al calor inusual durante un tiempo muy largo. Pero aquí está por fin
No es el único efecto que suele causar. El observar el bonito cambio del ambiente, en el campo especialmente, hace sentir una especie de añoranza, y de melancolía, quizá debida al efecto del cálido verano transcurrido, que con su luz y vida al aire libre, nos ha llenado los últimos meses y ahora desaparece lentamente;
El cambio de estación se espera con agrado por ver el cambio de color de las hojas.
Me maravilla y me causa una especie de cosquilleo, mirar a los árboles, arbustos y plantas. Su color se muestra muy cálido, acogedor, dulce, agradable, hermoso, y un montón de calificativos más que me gustaría saber plasmar.
o tal vez por los recuerdos de las charlas compartidas en las largas tardes- noches.
Surge tristeza, hay días para recordar a las personas que se fueron. Se compensa con visitas familiares, se preparan alegres juegos y disfraces en unos días que reina el terror tomado en su visión más festiva.
Los niños disfrutan de éstos primeros días de noviembre pidiendo caramelos y chucherías a cambio de no asustar. Les dejamos que salgan en grupo por lugares cercanos y se sienten adultos, con autonomía, aparte de recibir montones de dulces que sus padres guardan celosamente para salvar sus dientes.
Las sensaciones del nuevo estación son muy agradables: la lluvia en la cara, la niebla mañanera, las gotas de agua que adornan las hojas
El encierro obligado por el mal tiempo nos empuja a poner un orden nuevo en nuestra ropa y otros objetos, y volver a
mirar de nuevo las fotos del verano y de paso otras que nos muestran el avance del tiempo, el crecimiento e los niños y nuestros cambios.
Decidimos tirar cosas viejas, hacer sitio a las nuevas y fundirnos con el agradable olor de hogar.
Ocurren muchas cosas en este tiempo. Por ello: ¡Bienvenida la nueva estación del otoño!
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