¿Hay algún día que no tengamos disgustos?

Todos los días suelen empezar bien, te levantas, haces tus propósitos, desayunas,¿y? Ya no se sabe, a partir de ese momento se desencadenan un montón de pequeños acontecimientos, que te producen disgustos.
Llamadas con noticias, complicadas, Se te rompe un electrodoméstico, o dos.Tu familia y amigos van complicando su vida y te van llamando y contando. Sales, corres, llegas a tus citas o recados, disfrutas de unas horas, pero más o menos por la tarde noche, otra tanda de noticias que te afectan y te complican. Muchas personas te aconsejan, Pon una sonrisa! No digas a todo que sí! ¡No te dejes vencer por las cosas negativas!, ¡Se positiva!, ¡Se alegre! ¡Que no te estropeen el día! Pero... ¡Corcho! si yo quiero, y me relajo y me alegro, pero en cuanto me descuido, y con la sonrisa aún puesta, ¡zas! otra noticia, otro disgusto.
¿ A ver si me voy a enterar ahora,

que vivir  es: tener disgustos, y un ratito de paz en medio?
Existen días luminosos, en los que todo rueda bien y aparece una noticia estupenda, pero... ¿Durará todo el tiempo? Improbable...
Te acuestas pensando en tantas complicaciones, y ¿ Cómo te duermes, con tanto tema para dar vueltas? Pastilla y crucigrama al canto.¡Mañana será otro día!