Es bonito ver el sentido del humor positivo en personas que han cumplido ya una edad, es extraordinario. Poniéndose a pensar, poco humor tiene la vida de un adulto ya acabando su existencia. Enfermedades, discapacidades y el futuro incierto, o cierto, apabullan por todas partes, pero hay personas que plantan cara y encuentran motivos de risa y de alegría en cada cosa que les ocurre. ¡Son de envidiar!
Algunas personas mayores, ni siquiera se ríen ninguna vez al cabo del día. Sonríen, son simpáticas en conversaciones normales, pero no llegan a la risa.
Encuentran solo el lado pesimista de las cosas y van por el mundo con cara amarga y seria.
Sin embargo, hay otras que se muestran optimistas y alegres a todas horas, bien es verdad que se ven menos, pero algunas hay alrededor.
Se tiene una ocasión de buscar las cosas amables de la vida, reflexionar y cambiar de postura,
¡Ahora o nunca! Lo que no se haya conseguido hasta ahora es difícil que se logre, pero es triste no haber reflexionado mas profundamente antes.
Si no se puede dormir, mucho mejor, así se aprovecha más el día; si los nietos necesitan jugar o ser cuidados, estupendo, se tendrá gente feliz, alegre e ingenua alrededor; si la pareja tiene mal humor, ¡es bueno porque está bien y acompaña! Si se rompe algo, ¡sonrisa! un trasto menos; si es importante lo perdido, tranquilos, ¡al final todo se arregla!
Y respecto a la salud, no hay que preocuparse, se irá arreglando o se echará un remiendo, como se hacía a la ropa antiguamente. Hay muchas personas que viven y opinan así. ¡benditas sean, por la luz que dan!
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