HOSPITAL

Hoy me toco acompañar a alguien al hospital. Una urgencia. ¡Cómo duele la espera!, ¡cuantos rosarios he rezado!, ¡cuanto me he encomendado a todos mis antepasados! Yo, que soy un poco escéptica con el más allá, pero en momentos malos, pido ayuda a todos mis desaparecidos, porque eran buenos y tienen que estar velando por sus amigos y parientes,
Me he fijado un poco en las personas que también aguardaban. Un chico a mi lado tenía una fuerte ansiedad, con taquicardias. Me veía reflejada cuando era muy joven, yo las sentía y me asustaba. 
El chico joven salió del médico  y se fue a desayunar, pero volvió corriendo, porque le daban más fuertes.Tenía miedo que fuera un infarto, pero no lo era, tenía terror. Yo estaba a su lado y me daban ganas de hablarle y decirle todo lo aprendido a través del tiempo. De decirle que respire hondo, que haga ejercicios suaves de yoga, que piense en cosas agradables, que le masajeen las piernas, que le hablen bajito y sin alterarle,que le distraigan con tranquilidad, pero no me atreví y volvió a entrar, pero salió enseguida y se marchó con su familia. Estaban alborotados y se movían bruscamente, el chico les miraba asustado y lastimero. al final su solución sería una fuerte pastilla relajante y dormir ¡Pobre! ¡Es tan difícil gestionar nuestro cerebro, tranquilizarnos! 
No pude decir nada, pero quizá le hubiera ayudado.
Mi problema se solucionó, y creo firmemente, que fui atendida por mi  gente desde el más allá. Al menos, me sentí arropada.