Nos han explicado que era un joven que buscaba su fortuna, había nacido en Madrid en la parte musulmana.
Nació en 1082 y murió en 1172. Vivió noventa años y en aquella época se considera uno de los milagros a su alrededor.
Se trasladó a Torrelaguna, pueblo cercano a Madrid y allí conoció a su esposa María, después denominada canonizada como Santa María de la Cabeza.
Aprendió a labrar las tierras y volvió a Madrid trabajando para los Vargas, una de las más importantes famílias de la capital.
Pasaba mucho tiempo orando y su amo se preocupaba porque no trabajaba, pero el primero de sus milagro fue el observar que los bueyes araban solos las tierras mientras el rezaba.
Le acontecieron otros hechos milagrosos. Su hijo cayó a un pozo y él a base de rezar consiguió que el agua le subiera a la superficie. El pozo se conserva
en la creencia de que era el verdadero pozo del milagro.
Cuando murió, le enterraron en la iglesía de San Andres y con el paso del tiempo fue sacado de la zona junto a otros fallecidos. Milagrosamente se vió que su cuerpo estaba incorrupto.Todo el mundo quería estar y ser enterrado a su lado.
Representación de San Isidro y Santa María de la Cabeza, realizada en el Sarcófago del santo.
Se consideraba que su cuerpo podía sanar a los enfermos.
El rey Felipe II ,se cuenta que se curó de una enfermedad grave por su intercesión.
La reina Isabel de Portugal mandó construir una hermita donde estaba la fuente que había brotado por un milagro de San Isidro. Los madrileños podrían tomar sus beneficiosas aguas.
Se pidió al papa que lo canonizaran pero hasta el siguiente papa, no se consiguió aunque siguiéron aconteciendo hechos milagrosos que hicieron que la corte se interesase y pidiese que su cuerpo se acercase a personas que rezaban por problemas de salud.
Había levantado tanto interés que la monarquía consideró que no teniendo Madrid ningún patrón, éste santo milagrero podía muy bien ser el representante religioso de la ciudad.