Cómo evitar sentirme culpable tras gritar a los niños
Cuando te conviertes en padre es normal que aparezcan sentimientos de culpa a la hora de tomar decisiones con respecto a los cuidados y educación de los hijos. El problema aparece cuando se pierde el control y la perspectiva hasta el punto de llevar una vida poco saludable o padecer depresión. Para que esto no ocurra debemos tomar algunas medidas para aliviar el sentimiento de culpa. Entre ellas:
1. Cuidar de ti mismo
Para garantizar el cuidado de los hijos hay que saber cuidarse a sí mismo primero. Hay que tener tiempo para hacer cosas que te hagan sentir bien y te mantengan relajado. Tener un espacio propio para ver las cosas con perspectiva. Ir al cine, salir con tu pareja, quedar con amigos etc.
2. Alternar tareas entre los progenitores
Compartir tareas del hogar de forma equitativa entre los miembros de la familia. Pedir ayuda y ofrecerla para controlar los ritmos y la energía diaria hace que no aparezcan los sentimientos de culpa debido a la fatiga y al estrés.
3. Cuidado con pensar cosas que no son
Sentirse culpable por tener que trabajar y no poder pasar todo el tiempo que se quisiera con los hijos y que la solución para sentirse mejor sea preocuparse en exceso por el cuidado de los niños será una reacción contraproducente. Hay que saber delegar y confiar en la pareja o en los cuidadores de los niños. Será más importante para el niño pasar con él un poco menos de tiempo pero que sea de calidad, que más tiempo 'impregnado' de estrés.
4. Gritar no tiene por qué ser malo
Hay que entender el hecho de que gritar a un niño no es malo. Lo será cuando no se controla la intensidad y la frecuencia con la que se hace.
5. Si gritar es un hábito
Cuando ocurre esto es posible que los adultos deban aprender la manera de controlar su enfado y reducir el nivel de estrés. Para ello será necesario buscar ayuda en un profesional.