¡Se puede estar mas contenta! Son milagros que aparecen y te dejan anonadada. ¡Pensar, que en el cuerpo de mi hija se ha formado este maravilloso ser que me asombra y enternece!.
Me quedo sobrecogida. ¡Está aquí, y depende de todos nosotros para crecer y ser una mujer!
Hace muecas, mueve sus manitas, parece mirar alrededor, incluso parece querer decirnos muchas cosas, mediante sus movimientos, sonrisas. Hasta cuando llora, nos permite adivinar lo que nos quiere comunicar.
A partir de aquí todo es crecer y aumentar capacidades. Todo va muy rápido, casi de un día para otro ha aprendido a conocernos, a pedir que la duerman, que la acunen.
A los dos meses tenía un poquito de
autonomía, se movía hacia los lados tratando de sujetar su cabecita.
En los tres meses ha florecido de tal manera que se nos esponja el corazón al mirarla observando como nos sonríe y levanta sus manitas para asir las nuestras.
Reconozco que es lo que hacen todos los niños, pero se pasa tan pronto que se olvida, y al vivirlo de nuevo, me emociono y me encanta.
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