La Virgen el Niño y san Juanito
El Museo del Prado es un lugar fantástico, en el que el arte pictórico sale por las rendijas de las ventanas.
Es tanta la obra espléndida que atesora, que ni te cansas ni tienes tiempo para disfrutarla.
Exponen interesantes muestras temporales donde recogen las obras de algún importante pintor; recopilando cuadros de diferentes lugares, que nunca podrías ver juntos si no aprovechas el momento.
Recientemente he visitado la exposición de Luis de Morales pintor del siglo XVI, apodado "El Divino" por sus representaciones religiosas en las que las imágenes son representadas con una gran expresión de recogimiento y devoción.
Me gustan las obras más "paganas" pero me interesaba la forma tan perfecta de dar las pinceladas, sobre todo en las caras de las vírgenes.
Como soy un poco "cursi" me decanté por las representaciones de la Virgen con el Niño, que son dulces tiernas y sus caras aparecen pintadas con una gran perfección de trazo y una suavidad que le da el "esfumato," copiado de los pintores italianos que estudió sin duda.
La primera obra es: La famosa "Virgen del Pajarito". La Virgen sentada con el Niño aparece elegante y rubia, cosa que me llamó la atención, tan perfecta, tan bien peinada y aparentemente en una cueva. Tiene mucha gracia el pajarito atado con una cuerda.
Otra pintura que resulta interesante por su finura y sentimiento es: La virgen de la leche. En todos los casos María aparece con el rostro ensimismado y melancólico de facciones suaves y piel impoluta. El niño tiene gracia especial buscando el pecho de su madre.
En el cuadro de arriba el Niño duerme y la virgen es representada con un sombrero o rodete italiano que quiere dar una idea de la Virgen en Egipto El precioso velo o gasa con que la Virgen le trata de cubrir es muy delicado con bella transparencia.
El segundo cuadro es precioso. El Niño juega con san Juanito de manera sencilla. La virgen tiene un ensimismamiento elegante y dulce. La luz es muy clara en las figuras. La pincelada es suave, característica del pintor. El color es alegre con unos rojos que llenan el cuadro.
Me extrañan los cabellos tan rubios, quizá de moda en el arte italiano. El pintor buscaba sobre todo gustar y agradar.
Espero os parezca interesante ésta muestra. No he recogido las obras del Descendimiento, muy dramática y muchas más muy importantes, pero éstas son las que me han llamado más la atención y gustan más al público. Añadiré alguna más para ver como era el pintor en todo su arte.